Nicaragua, valiente país centroamericano, este año, junto al resto de las naciones de la región, cumple doscientos años de vida independiente. Asimismo, en noviembre, llevará a cabo votaciones generales.
La ofensiva político-mediática internacional, dirigida por los Estados Unidos, apunta a supuestas irregularidades jurídico-electorales de Nicaragua, a pesar de que sus leyes y normas son mucho más permisivas que las existentes en los países que se visten.
Cuando Kamala Harris finalmente viajó a la frontera entre Estados Unidos y México la semana pasada, conoció a varias mujeres jóvenes solicitantes de asilo. La vicepresidenta probablemente vio a hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.
Diego Fonseca está, sin lugar a dudas, en la lista de los escribidores a sueldo de la CIA. Fue en sus años mozos admirador del sandinismo; nos cuenta, para lavar su imagen, que tenía en su habitación un cartel con la imagen de Augusto César Sandino.
En estos tiempos de ascenso de las luchas populares en América Latina, no dejan de causarnos dolor algunas actuaciones a contrapelo de la historia de parte de compañeros que deberían conocer mejor la realidad de nuestros países.
Leyendo las más recientes declaraciones sobre Nicaragua brindadas en Roma, por la Ministra de Asuntos Exteriores del gobierno español, es importante analizar y aclarar algunos términos y expresiones.