Masaya desborda cultura y colorido con el tradicional Baile de Negras

Masaya volvió a convertirse este año en el escenario principal de una de sus expresiones culturales más antiguas y respetadas: el Baile de Negras.

Se trata de una tradición que cada noviembre reúne a familias, artesanos y bailarines al son de la marimba, en un ambiente cargado de historia, color y devoción popular.

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La edición 2025, celebrada en el marco de las festividades de San Jerónimo, destacó una vez más por la presencia de agrupaciones tradicionales y comparsas locales que recorrieron las calles con trajes, máscaras y accesorios elaborados con técnicas heredadas desde tiempos ancestrales.

Entre los protagonistas de esta manifestación cultural estuvo el director del Baile de Negras, Bayardo Cabrera, quien recordó que esta danza es considerada en Masaya como “una de las ligas mayores del folclore nacional”, por su exigencia técnica y por la larga formación que requiere.

“El Baile de Negras es una tradición de muchos años, de generación en generación. Por lo general, un bailarín de negra viene bailando desde los bailes infantiles, prejuveniles y juveniles de pareja hasta llegar a las grandes ligas”, explicó.

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Este año, el elenco dirigido por Cabrera rindió homenaje a los primeros grupos de Masaya con el rescate del traje de sastre, una indumentaria original de los bailes más antiguos.

“En esta ocasión hacemos un rescate tradicional con el traje de sastre propio de los primeros Bailes de Negras en Masaya. Tenemos trajes de fantasía, pero el traje sastre es muy particular y originario”, detalló.

Las máscaras, uno de los elementos más distintivos del baile, también formaron parte del énfasis tradicionalista del grupo.

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“El uso de máscara es importantísimo porque guarda la identidad de los varones. Hoy se elaboran con cedazo, pero antes eran hechas de madera de guachipilín”, explicó el director, quien además resaltó el valor de los guantes y accesorios como parte de la estética clásica.

Cabrera señaló que el baile exige postura, elegancia y disciplina, “el bailarín de negra tiene que ser sobrio, elegante, rígido y entre más varonil, más negra es”.

Un origen ligado a la picardía

El director también compartió la historia oral que explica el origen del Baile de Negras, vinculado a las prácticas festivas de los pueblos originarios de Masaya.

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Según relató, el baile nació antes incluso de los sones de marimba, cuando los varones indígenas solían tomar chicha durante las fiestas y dejaban a sus compañeras descuidadas. Molestas, las mujeres dejaron de acompañarlos.

“Entonces dijeron los indios: ‘Bueno, bailemos varón con varón’. Y como eran artesanos, comenzaron a elaborar máscaras de madera guachipilín, de color negro. Cuando llegaron a la plaza de San Jerónimo, la gente se maravilló y decía: ‘Ahí vienen las negritas’. Así comenzó el baile de las negras”, relató Cabrera.

Entre los bailarines que este año participaron en el tradicional Baile de Negras destacó Fabián Montoya, quien desde muy joven ha formado parte de esta expresión cultural.

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“Llevo seis años consecutivos saliendo en el Baile de Negras. Es un honor bailar, ser de Masaya y representar este baile folclórico que nos identifica”, afirmó.

Para Montoya, ser parte de esta tradición es un compromiso con la identidad del municipio y de Nicaragua entera. “Lo importante es que no se pierdan, que se mantengan vivas con su color, su alegría y su devoción a San Jerónimo”.

Otro de los jóvenes protagonistas fue Johnny Vanegas, quien desde niño soñó con bailar en esta comparsa considerada una de las más elegantes y complejas del folclore.

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“La experiencia es muy bonita, muy agradable. Se me cumplió el sueño de salir en el Baile de Negras 10 años después de que empecé a ensayar, porque comencé exactamente a los 14 años”, relató el joven de 24 años.

Vanegas subrayó que detrás de cada presentación hay disciplina, emoción y un profundo respeto por sus raíces.

“Es una tradición que no podemos perder. Agradezco al profesor por darme la oportunidad de estar en su grupo y, sobre todo, a mi abuelita, que fue quien me inculcó estos valores. Gracias a ella estoy aquí”, dijo.

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Las actividades de noviembre en Masaya se caracterizan por sus bailes, procesiones y eventos culturales que incluyen comparsas de diablitos, bailes de pareja y representaciones tradicionales que mantienen encendida la identidad del pueblo.