Ante la actitud meridianamente democrática del presidente Ortega, la oligarquía libero-conservadora respondió con su rancia obstinación dictatorial: desarmar, simbólica y literalmente, la Nueva Historia.
A juzgar por las últimas, patéticas y amargas declaraciones de varios voceros de los mercenarios golpistas, expresadas en audios, videos y opiniones editoriales, la oposición antisandinista se encuentra en un verdadero callejón sin salida.
Recordar a nuestros próceres, celebrar nuestra independencia, vivir el Evangelio como el logos que se hizo carne, hace de septiembre un tiempo especial que va más allá de una tradición; porque nos hace recordar lo que es Patria y al conmemorar un año más.